Confirmaciones '10

13.11.2010

Unas Confirmaciones siempre son motivo de alegría en una comunidad parroquial. Porque son una fiesta, porque llenan la iglesia de risas y vida, porque se da un paso consciente a favor del Reino de Dios, y se compromete uno a seguir construyéndolo, sin tapujos ni vergüenzas.


Después de nuestro retiro previo en Suesa para prepararlo todo (el corazón, la celebración, los cantos...), nos llenamos de nervios y de actividad frenética para que todo saliera lo mejor posible. Que si manifiesto, que si ensayar cantos, que si alguna sorpresilla...


El sábado fue un día intenso, de ensayos por la mañana y de celebración más adelante. Recibimos a gente de Oviedo, jóvenes que compartieron campamento de verano con algunos de los que se confirmaban. Se quedaron con nosotros todo el fin de semana, siempre con esa actitud de disponibilidad y saber estar que derrochan cuando visitan nuestra parroquia. Ellos, junto con más jóvenes de los grupos de Confirmación de nuestra parroquia, protagonizaron un momento muy especial de la celebración en el que entregaron crucecitas de madera, para llevar en el cuello a modo de colgante, a todos los confirmados, como símbolo del Espíritu que acababan de recibir y como recuerdo de esa celebración. Ha sido genial que tantos jóvenes de nuestra propia parroquia hayan estado acompañando; poco a poco vamos siendo una piña que MOLA.

Aunque toda la Eucaristía había sido preparada por los chavales que se confirmaban, cabe destacar el Manifiesto de los Confirmandos que Clara y Marta L. leyeron de manera dialogada, en el que se hacía un repaso de anécdotas, convivencias, reuniones, momentos de oración... vividos a lo largo de estos tres años, así como una declaración de intenciones del compromiso que adquirían al recibir el sacramento de la Confirmación: un compromiso con el Reino, con la parroquia. Un compromiso responsable y tal vez aún poco definido, pero, por encima de todo, una voluntad de seguir descubriendo la presencia de Dios en cada momento, lugar y persona.
A partir de ahí, todo es posibilidad y oportunidad. ¡¡Que no decaiga!!

Lo demás es FIESTA con mayúsculas. Toda la comunidad se reunió en un pincheo que dio para mucho, y no sólo por la comida. El salón estaba decorado con fotos de actividades parroquiales en los que habían participado los chavales desde 2007: "a traición", nos dijeron algunos, pero qué chulo verse en tantos momentos que traen buenos recuerdos. Fotos, regalos, "enhorabuena", amigos. Sobre todo, amigos y familia. ¡¡Gracias a todos por acompañarnos!!


Está claro que no hay fiesta sin gente y tampoco sin música. Así fue que, un poco más tarde, instalamos la Playstation con el Sing Star y, allí mismo, más de uno y más de dos hicieron sus pinitos.
La fiesta siguió...


No hay duda de que ha sido emocionante. Un fin de semana para recordar, definitivamente.
MUCHAS GRACIAS A TODOS


PD: Próxima parada:
Convivencia de catequesis, ¡este fin de semana!



Y de regalo... LA CANCIÓN: Kairoi – También somos Iglesia